lunes, 27 de noviembre de 2017

Para Bachillerato: La prosa medieval. El conde Lucanor, de Don Juan Manuel.

Para abordar el tema de la prosa en la Edad Media tenemos que tener en cuenta una serie de factores. El primero de ellos es que al estudiar obras en prosa nos estamos desplazando definitivamente del mundo de lo oral, en el que las obras se componían en verso para facilitar su difusión ante un público analfabeto, al mundo de lo escrito, con todo lo que esto conlleva. En segundo lugar, debemos considerar que para que surja una prosa literaria en castellano antes debe haber exisitido una prosa no literaria. El problema era que la lengua de cultura de la época era el latín, así que las leyes, los libros de historia, ciencia, etc. no se escribían en castellano, que se consideraba aún una lengua vulgar, sino en latín. Por estas dos razones la aparición de la prosa en castellano, tanto la no literaria primero como la literaria después, se produce de forma tardía, cuando ya hay toda una literatura en verso consolidada. Hemos de esperar a que Fernando III convierta el castellano en la lengua oficial de la corte y de la chancillería. Siguiendo la política de su padre y profundizando en ella, Alfonso X, no en vano llamado "el Sabio", promueve además la creación de la Escuela de Traductores de Toledo, y con ella fomenta la traducción y creación de numerosas obras. Entre esta producción alfonsí encontramos títulos de derecho (Siete partidas), ciencia (Tablas alfonsíes), hisoria (Estoria de España y General estoria), cultura (Libro de los juegos), literatura (Cantigas de Santa María), etc.

Al traducirse libros del árabe, hebreo y latín al castellano a través de esta Escuela de Traductores, la cultura castellana toma un fortísimo impulso. Hemos de tener en cuenta que la ciencia del mundo musulmán era muy avanzada, que algunas grandísimas obras de la cultura, como la de Aristóteles u otros filósofos griegos, habían quedado por cuestiones históricas bajo el control de los musulmanes que ocuparon esos territorios y, sobre todo, por lo que nos afecta en la literatura, que las culturas hindú, persa o árabe habían desarrollado una maravillosa prosa de ficción, que al traducirse en introducirse en nuestro idioma supone una extraordinaria influencia para nuestros escritores.

Estas colecciones de cuentos tienen una serie de rasgos en común. El primero es que se trata de cuentos breves y de carácter didáctico. El segundo es que esas pequeñas narraciones se insertan en un marco. Los dos ejemplos más evidentes y que sirvieron de inspiración a los prosistas castellanos fuerno el Calila e Dimna y el Sendebar, de los que ya hablaremos en clase. Hemos de decir que esta estructura de la narración en marco tiene muchísimo éxito y que conforma luego otras obras esenciales de la cultura universal, como el Decamerón de Boccaccio o Las mil y una noches.

Dentro de este panorama cultural surge en la Edad Media la obra de un noble de exquisita educación, Don Juan Manuel. Pensad que se trata de un sobrino de Alfonso X, con todo lo que ello implica de estatus social y de acceso a la cultura. Este Don Juan Manuel se plantea hacer un manual de educación para jóvenes nobles, pero aspira a dos cosas: la primera es hacerlo no en latín sino en castellano, que ya es una lengua de cultura de pleno derecho; la segunda es hacerlo a través de narraciones didácticas para que sea más atractivo, tal y como ocurría en las colecciones de cuentos del mundo árabe.

Así pues, Don Juan Manuel escribe El Conde Lucanor imaginando un marco narrativo basado en el tópico puer / senex, con el que pudiera identificarse su público de jóvenes nobles. Pensad, en este sentido, que los valores que transmite son los propios de la época y además de su estamento nobiliario: la prudencia e incluso la desconfianza, la conservación de la honra y del patrimonio, la mesura, el cuidado de la imagen social, etc. Los cuentos, también llamados apólogos o ejemplos, se insertan en el marco siempre según la misma estructura:

- El conde Lucanor tiene un problema y acude a Patronio.
- Patronio le relata un cuento (esta es propiamente la narración).
- Patronio explica el cuento y el conde Lucanor sigue el consejo y le va bien.

-> Al final Don Juan Manuel da por bueno el cuento y añade una moraleja.

Para practicar esta parte, imprime este texto, que seguiría aproximadamente la estructura de un examen.


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