jueves, 25 de febrero de 2016

Para Bachillerato (14): Un comentario de Lorca.

Os dejo otro comentario de cara al examen. Es un texto de Lorca, de la última fase, que no me ha dado tiempo a explicar en clase. En esta última etapa está más centrado en su teatro, también en verso e intensamente poético, de modo que su producción lírica es menor, pero muy cuidada, de una calidad execepcional. Publica El diván del Tamarit y los Sonetos del amor oscuro. En estos últimos, trata el amor con mucha intensidad, pasional, descarnadamente. Podemos entrever incluso una aceptación de su propia homosexualidad, que aflora en los textos, aunque debemos tener cuidado al señalar este rasgo, pues no siempre es evidente. En general, presentan, como digo, visiones del amor que tienen en común lo oscuro, bien porque no están aceptadas por la sociedad, bien porque se vuelven sufrimiento, bien porque hay separación entre los amantes, etc.

Te recomiendo que lo leas e intentes hacer el análisis por tu cuenta, reconociendo al menos tres rasgos y comentándolo e intentando desarrollar una opinión personal. Luego, mira el análisis que yo propongo para ver si ibas por buen camino.

Soneto de la guirnalda de rosas.

¡Esa guirnalda! ¡pronto! ¡que me muero!
¡Teje deprisa! ¡canta! ¡gime! ¡canta!
que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez y mil la luz de enero.

Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta,
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.

Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados.
Bebe en muslo de miel sangre vertida.

Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.



Para la fase de valoración, podrías comentar algunos de estos rasgos. Lo que he marcado en negrita son palabras clave, términos que deberías reconocer y que inexcusablemente tendrían que estar en tu comentario.



Característica destacable del texto
o
Rasgo reconocible del autor/obra/movimiento/época…

Valoración o comentario del esa característica o rasgos
(es representativo, es una excepción, qué aporta, etc.)
Usa una forma muy tradicional, como es el soneto, pero el lenguaje es profundamente vanguardista. Está lleno de metáforas visonarias, de imágenes de corte surrealista, como, por ejemplo, esa “espesura de anémonas”.
La mezcla equilibrada, bien integrada, de modernidad y tradición es un rasgo típico de la generación del 27.
El soneto trata un tema abiertamente sexual: llama al amante, lo apremia al acto sexual, pero no es un texto puramente estético. Hay una profunda implicación emocional del yo poético en el hecho de aceptar el propio deseo.
Estamos en una fase de humanización del 27. Dentro de la producción del propio Lorca, hacía tiempo que había abandonado la deshumanización. De hecho, se encuentra en una fase de madurez y aceptación personal.
Es muy llamativa la intensidad lírica, tan directa: acumula exclamaciones (verso 2, verso 12 interrumpiéndose), acumula imperativos (en el primer terceto al comienzo de cada verso).
La intensidad es una característica de Lorca, el sentimiento pasional. Además, el tema del soneto es el deseo apremiante, y el autor lo está aceptando sin tapujos.
Las imágenes también son muy intensas, incluso algo violentas: “la sombra me enturbia la garganta”, “quiebra juncos y arroyos”, “herida”, “sangre vertida” y particularmente al final “boca rota de amor y alma mordida” y “destrozados”.
Este tipo de imágenes demuestran que en ese encuentro sexual  hay una fuerte implicación emocional, (versos 5 y 13). Además, se mezcla amor y muerte, sugerida en algunas connotaciones, que es una característica de la obra de Lorca.
 

Respecto a la opinión personal, por supuesto debes plantear la tuya propia, aunque te pongo una como ejemplo. Yo la elaboraría más o menos así.

En mi opinión, nos encontramos ante un texto magnífico, no solo por su calidad poética sino por la propuesta que nos hace. Por supuesto, es difícil opinar sobre un texto tan personal dirigido a un amante, pero podemos entrever lo que subyace en el poema. El poeta acepta su deseo sexual y llama al amante de manera clara y directa. Estoy totalmente de acuerdo con esa postura. Sabemos de sobra que la generación del 27 parte de una fase de deshumanización, en la que ensayan juegos vanguardistas que los van alejando de las emociones para crear un arte paralelo. Aquí, Lorca ha llegado al punto contrario, en plena madurez. Se trata de aceptar los sentimientos y los deseos, lo que nos hace humanos. El poema además refleja un amor que puede parecer oscuro a una sociedad retrógrada: el amor pasional, el amor como deseo sexual. Creo que la actitud de Lorca en ese momento es honesta y valiente: no lo esconde, no evita tratarlo, y tampoco lo convierte en un amor lánguido, romántico o sentimental. Lo trata con toda su intensidad real y así nos lo presenta. Creo que, a la vez, es necesario considerar que en su caso se trata de un amor homosexual y, por lo tanto, aún más oscuro para esa sociedad, que no podía aceptar la libertad de Lorca, ni política, ni sexual, y que acabó asesinándolo. A día de hoy todavía podemos leer este texto y plantearnos, a nivel individual y como sociedad, algunas cosas. El sexo -no el sexo banalizado desde luego- es una de las caras del amor, quizá una de las más honestas. Y el deseo sexual conforma nuestra identidad, y debemos exigir el poder expresarlo sin tapujos y el ser aceptados sin recelos.


lunes, 22 de febrero de 2016

Para Bachillerato (12): Comentarios de texto del 27.

Aunque está más que claro como hay que hacer los comentarios de texto, os pongo un ejemplo con un texto de la antología, para que toméis como referencia la estructura. Pongamos que tuviéramos que hacer un comentario de texto de "Amaranta" (en Cal y canto), de Alberti.

1. Comienza con el contexto. No voy a repetirlo. Ya lo tenéis en las fotocopias.

2. A continuación, deberías hacer una valoración del texto. Es una de las partes que más siguen fallando, porque a menudo no entendéis el texto y porque no estudiáis la teoría. Se trata de encontrar rasgos del texto que merezca la pena comentar, que sean reseñables o que sean caracterísitcos del autor, de la obra, del periodo, etc. Es muy importante que no te limites a mencionar esos rasgos, sino que los comentes. A ver si con una tabla os entra en la cabeza...


Característica destacable del texto
o
Rasgo reconocible del autor/obra/movimiento/época…

Valoración o comentario del esa característica o rasgos
(es representativo, es una excepción, qué aporta, etc.)
La adecuación es muy llamativa: el registro es extremadamente culto, difícil, elitista.
Está demostrando claramente el magisterio de Góngora, como corresponde a toda la generación del 27 y en particular a esta segunda fase de Alberti.
En relación con lo anterior, las metáforas se complican (adquiere más importancia la propia imagen, el TI, que aquello a lo que representa, el TR). Hay una enorme densidad y brillantez en las imágenes.
Profundiza en esa relación de Góngora como referente y busca una de las claves de la vanguardia: la literatura no tiene por qué representar a la realidad, sino que crea una realidad paralela con un valor en sí misma.
La arquitectura del poema (coherencia) está muy cuidada: “rubios”-“rojos” al comenzar los cuartetos, “La soledad” para introducir un cambio al inicio de los tercetos, etc. (Posiciones de preeminencia semántica).
Hay un minucioso trabajo de elaboración del soneto. Se trata de una de las claves de esta generación: aúna tradición (en la forma métrica y el aire gongorino) y modernidad (en el tipo de imágenes, que son vanguardistas).
Aparece abiertamente el tema erótico, incluso de forma provocadora, pero la clave es la soledad, la expectación, la contemplación.
Hay un sentido de provocación, como en toda la vanguardia. Por una parte, no es poesía pura ni hay lánguidos convencionalismos modernistas, pero a la vez hay deshumanización: la percepción estética es tan fuerte que anula el sentimiento.

3. Por último, debes desarrollar tu opinión personal. Debes partir del texto, dejando claro que has entendido su tema y la visión que el autor da de él. A partir de ahí, argumenta (1) a favor, profundizando; (2) en contra, presentando una tesis contraria y argumentos alternativos; o bien (3) matizando, con lo que básicamente darías por buena la tesis pero modificando argumentos o ideas secundarias. Es muy importante que se vea clara tu tesis: escoge una de estas tres opciones y no te contradigas. Es muy importante que no divagues: no puedes acabar hablando de lo que te dé la gana. Céntrate y sé coherente.

Por ejemplo: si quisiéramos plantear una opinión personal a favor en este caso:

            El poema de Alberti nos plantea la contemplación de Amaranta como un objeto precioso. El poeta no solo quiere mostrarnos la belleza de la mujer, sino la belleza del poema. En mi opinión, estoy de acuerdo con esa manera de abordar el tema. A menudo hemos visto cómo la literatura se asocia al puro sentimentalismo y prentende transmitir emoción solo porque evoca, porque recuerda una emoción personal. Se trata entonces de un reflejo muy pobre de nuestras propias emociones. El Romanticismo había abusado de esta tendencia, el Modernismo continuó en buena medida con ella, pero era ya a principios del s. XX un arte agotado: ninguna de esas lánguidas princesas podía ya emocionarnos. Creo que la opción que toma aquí Alberti es genial. En primer lugar, por lo rompedor, por lo duro de las imágenes e incluso de las referencias eróticas (como la sonoridad de la propia Amaranta o la connotación de esos senos "por una lengua de lebrel limados"), que barre de un plumazo toda esa literatura lánguida y llena de convenciones. En segundo lugar, porque crea un mundo aparte, puramente literario, del que podemos disfrutar todos. Amaranta se vuelve un objeto estético. Es muy interesante cómo en los cuartetos la soledad, la expectación se tienden entre Amaranta y su amante, porque hay un claro paralelismo con lo que ocurre en la literatura: la soledad, la expectación se tiende entre nosotros y ese objeto nuevo que contemplamos, el poema. Si Amaranta fuera solo una mujer, sería solo de Alberti, solo del yo poético, solo de "su amador". Pero Amaranta es algo distinto: es un poema, una imagen, un texto vanguardista que crea una realidad paralela. Y de ese texto, de su expectación, de su contemplación, podemos disfrutar todos.

Imaginemos que quisiéramos posicionarnos en contra del poema:

        El texto que nos plantea Alberti es un poema que plantea un tema peliagudo: se trata de la contemplación de la mujer, convertida hasta el extremo en un objeto estético. Está claro que la intención del autor es la de la literatura de vanguardia: alejarse de los convencionalismos imperantes y hacer una literatura rompedora, alternativa, incluso creando un mundo paralelo con un valor en sí mismo. Ahora bien, en ese afán, creo que Alberti va tan lejos que cosifica totalmente a Amaranta. En mi opinión, la adecuacion es tan extrema, tan forzada y gongorina, que Amaranta pierde toda su belleza como mujer. El texto no transmite emociones. No creo que haya un espacio para el sentimiento, para la atracción sincera. Todo es puramente estético, demasiado estético. Creo, en ese sentido que Alberti llega en esta fase a excederse, a perder el contacto con la humanidad y las emociones para dejarse llevar por juegos vanguardistas y explorar el límite de ese tipo de literatura. El poema, desde luego, es excelente, pero me parece que subyace en él alguna idea muy peligrosa. En primer lugar, se sigue manteniendo un fuerte convencionalismo: basar el poema en la contemplación de la mujer. En segundo lugar, se opta por deshechar todo sentimiento y cosificar a la mujer. No podemos permitir que se nos cosifique, y desde luego no podemos permitir que se cosifique a las mujeres. Hay demasiados ejemplos de cómo la sociedad acepta sin más converirlas en objetos estéticos, y luego, con esa excusa, banalizando ese punto de partida, en objetos sexuales. Creo que debemos reflexionar sobre nuestra verdadera entidad. Por supuesto, entiendo los juegos vanguardistas y su la función que cumplieron, pero creo que a día de hoy tendríamos que profundizar en lo que nos hace más humanos, y no en coquetear con esos juegos triviales.