jueves, 27 de octubre de 2016

Para 3º ESO: Las coplas de Manrique y otras visiones de la muerte.




Otra vez estuve por lanzarme tras ella, otra vez Guillermo, cuya expresión era muy sombría, me contuvo.
—Quédate quieto, tonto, la muchacha está perdida, es carne de hoguera.
Mientras observaba aterrado la escena, en medio de un torbellino de pensamientos contradictorios, con los ojos clavados en la muchacha, sentí que me tocaban el hombro. No sé cómo, pero antes de volverme supe que era la mano de Ubertino.
—¿Miras a la bruja, verdad? –me dijo.
Yo sabía que no podía estar al tanto de mi historia, y que, por consiguiente, sus palabras sólo expresaban lo que, con su tremenda capacidad para penetrar en las pasiones humanas, había leído en la tensión de mi mirada.
—No... –intenté zafarme–, no la miro... Es decir, quizá la mire, pero no es una bruja. No lo sabemos, quizá sea inocente...
—La miras porque es bella. Es bella, ¿verdad? –me preguntó enardecido y cogiéndome con fuerza del brazo–. Si la miras porque es bella, y su belleza te perturba (sé que estás perturbado porque te atrae aún más debido al pecado del que se le acusa), si la miras y sientes deseo, entonces, por eso mismo, es una bruja. Vigila, hijo mío... La belleza del cuerpo sólo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel, como sucede en el caso del lince de Beocia, se estremecerían de horror al contemplar a la mujer. Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si pensases en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, sólo encontrarías suciedad. Y si te repugna tocar el moco o el estiércol con la punta del dedo, ¿cómo podrías querer estrechar entre tus brazos el saco que contiene todo ese excremento?
Estuve a punto de vomitar. No quería seguir escuchando aquellas palabras. Acudió en mi ayuda Guillermo, que había estado oyendo. Se acercó bruscamente a Ubertino, y cogiéndolo por un brazo lo separó del mío.
—Ya está bien, Ubertino –dijo–. Pronto esta muchacha será torturada y después morirá en la hoguera. Se convertirá exactamente en lo que dices: moco, sangre, humores y bilis. Pero serán nuestros semejantes quienes extraigan de debajo de su piel lo que el Señor ha querido que esa piel protegiese y adornara. Y desde el punto de vista de la materia prima, tú no eres mejor que ella. Deja tranquilo al muchacho.
                                              Umberto Eco, El nombre de la rosa.

        - Danza de la muerte.


1. Estas dos visiones tienen en común que la muerte se presenta como algo macabro, incidiendo en los aspectos más asquerosos y desagradables. ¿Por qué crees que se presentaba así? ¿Qué finalidad podría tener?

- Coplas por la muerte de su padre.

2. ¿Crees que a Jorge Manrique le interesa utilizar la imagen de la muerte que se da en el texto anterior o en las Danzas de la Muerte? ¿Por qué?
3. Fíjate en las colpas en que la Muerte va a buscar al padre de Manrique, Don Rodrigo. ¿Qué tienen en común con la visión de las Danzas de la Muerte? ¿Y en qué se diferencian?
4. Pese a todo, Manrique sí que usa una idea que estaba muy presente en las Danzas de la Muerte: el poder igualatorio. Explícala e intenta razonar por qué crees que era especialmente importante en la sociedad medival.
5. En relación con este poder igualatorio, Manrique menciona ejemplos de grandes personajes que han muerto, y para conseguir un efecto mayor habla de personajes históricos cercanos, que la gente había conocido. Busca alguna estrofa en la que se muestren estos ejemplos e indica cómo se llamaba ese tópico.

- De alguna forma, se convierte en una visión prerrenacentista.

- Una visión más moderna y personal: el enamorado y la muerte

6. Resume este último texto.
7. Según el texto, ¿qué es lo único que podría vencer a la muerte?
8. Teniendo en cuenta la respuesta anterior, podrás observar que el texto tiene una estructura circular y encierra una contradicción o paradoja. Explícala.
9. ¿Qué tiene en común esta visión de la muerte con la de las Coplas? ¿En qué se diferencian?
 
- Otra visión más narrativa.

10. ¿Qué tiene en común esta visión de la muerte con las anteriores? ¿En qué se diferencian?
 
- Y hasta las más absurdas.